martes, 14 de junio de 2011

El milagro de la Adopciòn.


¿Alguna vez has visto el rostro de un niño huèrfano?

Su cara llena de preguntas sin respuesta, de pocos recuerdos, de ilusiones suspendidas. Ya sàbes, ese vacìo de realidades y lleno de destellos de otras vidas. 

Hace poco me encontraba en uno de los tantos "lugares" para estos niños en un pais de centroamèrica, allì la conocì, sòlo tiene dos años, y nunca la vi sonreir. Ni los abrazos màs fuertes, ni las caricias màs suaves; ni siquiera los caramelos o regalos se percibian con significado desde sus ojos grises impasibles; los ùnicos cambios visibles eran los del miedo, del llanto; esas emociones parecìa reconocerlas. Tenìa miedo a muchas cosas... a los extraños, a los niños varones, a la forma como cierta gente pronunciaba su nombre. Conocì su mirada, y jamàs podrè olvidar la primera vez que tuve que alejarme de ella y dejarla allì, rodeada de otros niños como ella, en la ùnica condiciòn que ha conocido en su corta vida; su futuro se podìa ver en esos ojos grises sin historia, ella nunca sonrie. 

La sigo viendo de vez en cuando, son muchos los niños allì, son muchas las historias que no pueden compartir. 

Pero esa no fue la primera vez que vi el rostro de un huèrfano. 

Yo ya la habìa visto un par de veces, en cualquier calle de cualquier ciudad, de cualquier tamaño, y amarradas a cualquier vicio;  y tambièn lo he visto allì, en la historia sin motivos, en las situaciones difìciles; con la cara gacha queriendo ya no màs cargar con ese gran problema en la vida, lo he visto sin respuestas, sin sonrisas verdaderas, sòlo, suspendido en el rutinario caminar a ningùn lugar; sigo hablando de lo mismo: un huèrfano, lo he visto en el espejo al levantarme en un dìa gris.

¿Lo has visto tu? 

Quizas has escuchado ese dicho popular de que "todos somos hijos de Dios", y  la mayorìa de nosotros crece llamando a Dios "Padre"... Pero, ¿realmente tienes un Padre? Y si lo tienes ¿Es Dios?... 

Si, Dios es el Creador de todo lo que hay, El es el responsable de que estès aqui, y de que salga el sol, o la lluvia, en cada una de tus mañanas y se oculte en tus noches, pero... entonces, los animales, las plantas...¿todo se constituye en "hijo" por creaciòn?... No exactamente, por eso es interesante lo que Cristo, el HIJO de DIOS revela en Su ministerio en la tierra, fìjate, leemos en Juan capìtulo 1 (puedes leerlo todo), vers. 12 ... "mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser HECHOS HIJOS DE DIOS..." No se trata de "nacer"... te fijaste? Hay que "ser hecho"... Y, reconocièndonos como huèrfanos sin El hay una palabra para eso: ADOPCION.

Dios decide enviar a Su Hijo, para que, identificàndonos con Su amor, podamos encontrar un Padre, y "ser ADOPTADOS hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad" (Efesios 1.5)... la historia de nuestras vidas comienza de nuevo cuando entendemos esto... 

"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos LLAMADOS HIJOS DE DIOS...(1ra Juan 3.1)

Cuando sigo viendo a esa niña del orfanato, no puedo dejar de pensar en mi propia historia, el milagro de Su adopciòn en mi.

¿Has sido adoptado? ¿Eres un hijo de Dios?... "ser hechos", "ser adoptados", "seamos llamados"... HIJOS DE DIOS!!! 



"Cuando alguien adopta a un niño, no lo hace por lo que èse niño posee o merezca, sino por lo que le falta... por eso la adopciòn es el mejor ejemplo de lo que Dios hizo en nosotros a travès de Su verdadero Hijo..."  Max Lucado.

lunes, 23 de mayo de 2011

INOCENCIA PERDIDA

Pto. Cabello, 20/03/11
    11:35 pm.

Secando tus lágrimas, llegué a comprender que el pecado no respeta edades. Que no importa tu edad, para llenarte de tristezas y decepciones. No mereces mi niña, saber que el mundo es más serio que tus fantasías y menos, que tu corazón manchado de nacimiento por el pecado, empiece a ser lastimado por lo que miras a tu alrededor. Pero es así, ya debes saberlo, nuestros primeros padres pecaron y tú también eres pecadora...y el pecado lastima, hiere, destruye.  Por eso, viendo tu cara triste, escuchando tus palabras tan duras, me doy cuenta de que quiero protegerte, que tengo algo mejor que darte  que calmaría ese dolor que comienzas a sentir. Sí, no tendrás hermanito, porque tu madre así lo quiso. Quizás lo entiendas, quizás no. Pero tu mami hizo algo malo. Escucha cariño, escucha esto: Dios no te tratará mal. Ven a él. Su amor te sujetará, te bendecirá con ternura.
“Toda cabeza está enferma y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite” Isaías 1:5,6
 “Ciertamente él…sufrió nuestros dolores” Isaías 53:4

                       Pto. Cabello, 03/04/11.
                                                                       1:00pm       
Quiero verte, hace días ya que no siento tus bracitos alrededor de mi cuello y tu olor a mantequilla. Me hace falta tu compañía en los cultos y tus preguntas acerca de Dios. De pronto, extraño esos días en que viéndome de lejos, cuando arribaba a la esquina de mi casa, gritabas mi nombre emocionado…y sólo se que oro por ti, amiguito, para que seas un hombre de Dios. Te entiendo, no quieres a tu madre. Ella te abandonó desde chico y ni siquiera viene a tus cumpleaños. Creces sediento de amor y con un vacío que no es tu culpa; pero eres pecador. Naciste así y ya lo sabes, porque entendiste que te portas mal, porque tienes un corazón negro. Debes creer. El Señor Jesús espera por ti para tratarte mejor.

“Dijo Jehová: ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.” Isaías 49:15
“Porque a mis ojos fuiste de grande estima…y yo te amé”
“No temas, porque yo estoy contigo” Isaías 43:4,5
“No te dejaré, ni te desampararé” Josué 1:5

Historias verdaderas. Niños inocentes. Niños pecadores. Ellos no tienen la culpa de sus lágrimas ni de las heridas de su alma,  pero así es el pecado. Rompe la inocencia, la maravillosa ingenuidad de un corazón que apenas empieza a vivir. A veces los padres tienen la culpa…a veces, es uno mismo que se desvía. Pero, las lágrimas, las heridas, las tristezas, las decepciones, los fracasos, la culpa, los dolores…acompañan nuestras almas de una manera tal, que tenemos que clamar como el salmista: “Señor, sana mi alma…hazme oir gozo y alegría”
¿Sabes?  Hay UNO…SANTO…INOCENTE…que POR AMOR fue capaz de dejar que su propio cuerpo y alma fueran afectados por el pecado, con el propósito bendito de darnos PAZ. La Biblia dice incluso, que “en toda angustia de ellos él fue angustiado”. ¿Lo comprendes?
Mas ÉL herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él y por su llaga fuimos nosotros curados.  Isaías 53:5
Te invitamos venir al Señor. ¿Acaso no tienes una triste historia también que contar? Él dice: “VENID A MÍ…y yo os haré descansar”



martes, 15 de febrero de 2011

"El chico laborioso y el hacha prestada" (una historia real)

"El chico laborioso y el hacha prestada"


Voy a contarte la historia de un chico muy laborioso y educado, no especificaremos su nombre para respetar el silencio de la historia; el propósito es que te identifiques con su situación en la medida de tu propia realidad, no es una historia fantástica, realmente sucedió, y aunque tiene "efectos especiales", coincidiremos al final en que es bastante común. Ahí te va.

Un día caluroso de verano, un chico y sus amigos, compañeros de clases que vivían en una especie de "internado" para hombres de Dios, comenzaron a notar que la casa donde estaban era realmente pequeña , así que, como jóvenes laboriosos que eran, idearon un plan: ¡¡Salir en excursión!! Irían al río Jordán, cortarían troncos de árboles y harían vigas para agrandar la casa... Gran plan, ¿eh? Bien, el protagonista de nuestra historia estaba muy emocionado como imaginarás, pero...sí, había un pero, no tenía hacha, así que se apresuró a pedir una prestada. Aún no sabemos a quién, pero la encontró, y así, junto a sus compañeros fueron al maestro, que se llamaba Eliseo y era un profeta de Dios, diciéndole: "¡Te rogamos que vengas con nosotros!". Eliseo, consciente de la responsabilidad del cuidado de aquella excursión, muy amablemente dijo: "Yo iré". Así que emprendieron camino al día siguiente, muy de mañana. 
El río estaba bastante revuelto por aquella orilla. Se pusieron manos a la obra y cada uno ya perfilaba su viga muy orgulloso. De pronto se escuchó un chapoteo... ¡Algo había caído en el agua! Cerca de la orilla estaba un tronco a medio cortar y a un lado, con cara de susto y casi llorando... ¡Sí, el chico laborioso! El metal de su hacha se había deslizado y fue a dar al agua. Todos miraban de un lado a otro, era inútil, el río estaba muy revuelto, y todos sabían que era profundo. Uno a uno abandonó la búsqueda, hasta que sólo quedó el chico y el maestro; "¡Era prestada!", exclamó con frustración el muchacho; Eliseo miró su rostro de preocupación y preguntó "¿Dónde cayó?". Casi sin muchas ganas, el chico señaló con el dedo. Entonces, sucedió lo improbable: Eliseo cortó un palo, lo echo justo allí e hizo flotar el hierro, y le dijo: "¡Tómalo!". Aún sin salir de su asombro, el chico estiró el brazo y tomó el hierro flotante de su hacha... Finalmente, es posible que todos regresaran y llevaron a buen fin la construcción de la escuela. 

Bien, tenemos que repetir que fue un hecho real, sucedió hace muchos años y está narrado en la Biblia (ver 2 Reyes 6.1-7), pero más allá de su trasfondo histórico, creemos que tiene mucho que enseñarnos hoy día. 
Todos nosotros tenemos situaciones difíciles, en algún momento nos hemos sentido como el "chico laborioso del hacha prestada", vemos cómo nos rodean situaciones realmente incómodas que amenazan con empañar nuestros buenos propósitos. Quizá tus planes con respecto a una carrera universitaria, un noviazgo, un trabajo, o quizás en el Servicio al Señor; has visto con frustración quizás, cómo se hunden en medio de un río irrecuperable, esa preocupación de qué hacer ahora, cómo responder por lo que se nos ha confiado, cómo resolvemos por nosotros mismos el lío en que se ha tornado. 
Bien, creemos que la realidad afecta nuestros corazones y mueve nuestros motivos, por eso es particularmente sabio lo que estos chicos hicieron al principio de la historia: le rogaron al maestro que los acompañara... Y fácilmente podremos asociar a este Eliseo con el Maestro que tenemos descrito para nosotros en la Biblia, Uno que siempre sabe qué hacer en medio de los conflictos, en medio de las imposibilidades, y cuya compañía nos garantiza un buen final - como aprendíamos en post anteriores -. 
Vamos un poco más allá, hablemos de la ocasión, la historia comienza un día como cualquiera (porque no es una ocasión especial el problema), así que tú y yo podremos tener un día así... que pudiera terminar con nuestros propósitos frustrados. Si tus dificultades se presentan, ya sea con un chapoteo, o con un examen, o con una discusión...
¿Quién esta "cerca" de ti para socorrerte?
Qué seguridad poder contar con Alguien que ayuda, aún de las maneras más especiales, ¿verdad?... Invítalo a tus "excursiones" día a día, verás que el siempre te dirá "¡¡Yo iré!!"

El corazón del hombre piensa su camino; 
Más Jehová endereza sus pasos. Prov. 16.9

Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará. Salmo 37.5
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Salmo 23.3-4 
Morón, 17 de noviembre de 2010

jueves, 6 de enero de 2011

¡Cada Mañana!




Mami tuvo una amiga. Juntas compartieron gratos momentos de su vida.Desde niñas/adolescentes, hasta después de grandes, ya siendo esposas y madres. ¡Que historias tan lindas contaron aquella noche valenciana, comiendo helados!
Un día, ella le llamó para despedirse. Su cáncer avanzado había hecho metástasis en su cerebro. Unos tumores que crecerían poco a poco, le hacían consciente de que hoy podía estar viva... ¡mañana no!


-Cada mañana que despierto, quedo con mis ojos cerrados, temiendo que al abrirlos, ya no vea nada, o que cuando trate de levantarme, ya no pueda moverme, o cuando quiera hablar, un tumor haya afectado esa zona y mi cerebro ya no responda. Me contento con estar viva, pero sé cuanto vale cada instante que tengo con el pleno control de mi cuerpo y de mi mente, sé cuanto vale cada instante que paso con los míos.
 -Cada mañana, al saber que aún estoy completa, agradezco ese momento a Dios, y recuerdo aquellas palabras que me dijo tu esposo: El Señor está en su trono, aún tiene todo bajo control.

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Un año más...¡¡¡lo sabes!!!  Y yo una vez más, comparto una historia que marcó mi vida. 
Cuántos empezamos el año…y cuántos de nosotros no lo terminaremos. Así es la vida. Por eso vale mucho, justamente esto… ¡ESTO! ¡Este instante en que sentimos el corazón latiendo…! ¡Vivos! De mi parte: “Por la misericordia de Dios”
      La intención de este escrito no es ponerte a pensar en  este año por vivir…sino de llevarte al "cada mañana" del anterior relato. Ahora más que nunca, quizás influenciada por la muerte de una persona cercana a mí, y en circunstancias tan “extrañas”, sé cuando vale cada día que despertamos con todos los sentidos en pleno funcionamiento. Cuando podemos hablar, ver, reir, caminar... ¡Cuando y de la manera cómo queremos!
     ¿Has intentado hablar con alguien que, conectado a un respirador artificial, quiere poder decirte algo? ¡Yo sí! Es difícil…duele en el alma.
      Sé que tanto tú, como yo, nos hemos damos cuenta del valor de la vida y de un "instante". Recuerdo a aquel niño, y la grandiosa cita que aprendí de él: cada instante: una vida.
¡Cuánta verdad en esta frase!
      Y sí, amig@, aunque sabemos el valor de la vida...a veces en tanta “corredera”, olvidamos agradecer a Dios por el sólo hecho de tenernos presente. ¡Con vida! ¡Ah! Porque sé que estoy viva porque Él así lo quiere, y que a pesar de que he llorado tantas veces...y ha habido experiencias que quiero olvidar... ¡Agradezco VIVIR!
¡Agradezco CADA MAÑANA!
Un versículo de la Biblia dice:
Salmo 71:5-6: Oh Jehová "En ti he sido sustentado desde el vientre; de las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó..." Dime... ¿no mueren algunos antes de nacer? Pero tú y yo existimos…
Debe una haber una razón ¿La conoces?
 "Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, seguridad mía desde mi juventud" ¿Notas ese "seguridad mía desde mi juventud"? Dios nos ha protegido de tantas cosas...y de muchas maneras...desde nuestra juventud. ¿Por qué será?

 Pero hay una fragilidad en la vida. La Biblia la compara con un soplo (Job7:7), con la neblina que se aparece un poco de tiempo y luego se desvanece (St. 4:14), con la hierba que se seca (1Ped.1:24), e incluso, habla de que de que nuestra edad es como nada delante de Dios (Sal39:5) y que acabamos nuestros años como un pensamiento (Sal90:9). ¿Sabes cuán fugaz puede ser un pensamiento?
Por eso...Hoy entre tantos motivos que te rodean, vuélvete un momento a Dios...deja un pequeño espacio para darle gracias a Él porque te ha dado un nuevo año…pregúntale por qué te ha dado la oportunidad de seguir despertando cada mañana, (por lo menos, esta) y considera que...

                                      después de todo,
                                               tu vida vale tanto,
                                                         que el HIJO de DIOS murió en una cruz,
                                                                   para darte eternidad. ¡Vida eterna! ¿Sabes qué es?