martes, 15 de febrero de 2011

"El chico laborioso y el hacha prestada" (una historia real)

"El chico laborioso y el hacha prestada"


Voy a contarte la historia de un chico muy laborioso y educado, no especificaremos su nombre para respetar el silencio de la historia; el propósito es que te identifiques con su situación en la medida de tu propia realidad, no es una historia fantástica, realmente sucedió, y aunque tiene "efectos especiales", coincidiremos al final en que es bastante común. Ahí te va.

Un día caluroso de verano, un chico y sus amigos, compañeros de clases que vivían en una especie de "internado" para hombres de Dios, comenzaron a notar que la casa donde estaban era realmente pequeña , así que, como jóvenes laboriosos que eran, idearon un plan: ¡¡Salir en excursión!! Irían al río Jordán, cortarían troncos de árboles y harían vigas para agrandar la casa... Gran plan, ¿eh? Bien, el protagonista de nuestra historia estaba muy emocionado como imaginarás, pero...sí, había un pero, no tenía hacha, así que se apresuró a pedir una prestada. Aún no sabemos a quién, pero la encontró, y así, junto a sus compañeros fueron al maestro, que se llamaba Eliseo y era un profeta de Dios, diciéndole: "¡Te rogamos que vengas con nosotros!". Eliseo, consciente de la responsabilidad del cuidado de aquella excursión, muy amablemente dijo: "Yo iré". Así que emprendieron camino al día siguiente, muy de mañana. 
El río estaba bastante revuelto por aquella orilla. Se pusieron manos a la obra y cada uno ya perfilaba su viga muy orgulloso. De pronto se escuchó un chapoteo... ¡Algo había caído en el agua! Cerca de la orilla estaba un tronco a medio cortar y a un lado, con cara de susto y casi llorando... ¡Sí, el chico laborioso! El metal de su hacha se había deslizado y fue a dar al agua. Todos miraban de un lado a otro, era inútil, el río estaba muy revuelto, y todos sabían que era profundo. Uno a uno abandonó la búsqueda, hasta que sólo quedó el chico y el maestro; "¡Era prestada!", exclamó con frustración el muchacho; Eliseo miró su rostro de preocupación y preguntó "¿Dónde cayó?". Casi sin muchas ganas, el chico señaló con el dedo. Entonces, sucedió lo improbable: Eliseo cortó un palo, lo echo justo allí e hizo flotar el hierro, y le dijo: "¡Tómalo!". Aún sin salir de su asombro, el chico estiró el brazo y tomó el hierro flotante de su hacha... Finalmente, es posible que todos regresaran y llevaron a buen fin la construcción de la escuela. 

Bien, tenemos que repetir que fue un hecho real, sucedió hace muchos años y está narrado en la Biblia (ver 2 Reyes 6.1-7), pero más allá de su trasfondo histórico, creemos que tiene mucho que enseñarnos hoy día. 
Todos nosotros tenemos situaciones difíciles, en algún momento nos hemos sentido como el "chico laborioso del hacha prestada", vemos cómo nos rodean situaciones realmente incómodas que amenazan con empañar nuestros buenos propósitos. Quizá tus planes con respecto a una carrera universitaria, un noviazgo, un trabajo, o quizás en el Servicio al Señor; has visto con frustración quizás, cómo se hunden en medio de un río irrecuperable, esa preocupación de qué hacer ahora, cómo responder por lo que se nos ha confiado, cómo resolvemos por nosotros mismos el lío en que se ha tornado. 
Bien, creemos que la realidad afecta nuestros corazones y mueve nuestros motivos, por eso es particularmente sabio lo que estos chicos hicieron al principio de la historia: le rogaron al maestro que los acompañara... Y fácilmente podremos asociar a este Eliseo con el Maestro que tenemos descrito para nosotros en la Biblia, Uno que siempre sabe qué hacer en medio de los conflictos, en medio de las imposibilidades, y cuya compañía nos garantiza un buen final - como aprendíamos en post anteriores -. 
Vamos un poco más allá, hablemos de la ocasión, la historia comienza un día como cualquiera (porque no es una ocasión especial el problema), así que tú y yo podremos tener un día así... que pudiera terminar con nuestros propósitos frustrados. Si tus dificultades se presentan, ya sea con un chapoteo, o con un examen, o con una discusión...
¿Quién esta "cerca" de ti para socorrerte?
Qué seguridad poder contar con Alguien que ayuda, aún de las maneras más especiales, ¿verdad?... Invítalo a tus "excursiones" día a día, verás que el siempre te dirá "¡¡Yo iré!!"

El corazón del hombre piensa su camino; 
Más Jehová endereza sus pasos. Prov. 16.9

Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará. Salmo 37.5
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Salmo 23.3-4 
Morón, 17 de noviembre de 2010