lunes, 23 de mayo de 2011

INOCENCIA PERDIDA

Pto. Cabello, 20/03/11
    11:35 pm.

Secando tus lágrimas, llegué a comprender que el pecado no respeta edades. Que no importa tu edad, para llenarte de tristezas y decepciones. No mereces mi niña, saber que el mundo es más serio que tus fantasías y menos, que tu corazón manchado de nacimiento por el pecado, empiece a ser lastimado por lo que miras a tu alrededor. Pero es así, ya debes saberlo, nuestros primeros padres pecaron y tú también eres pecadora...y el pecado lastima, hiere, destruye.  Por eso, viendo tu cara triste, escuchando tus palabras tan duras, me doy cuenta de que quiero protegerte, que tengo algo mejor que darte  que calmaría ese dolor que comienzas a sentir. Sí, no tendrás hermanito, porque tu madre así lo quiso. Quizás lo entiendas, quizás no. Pero tu mami hizo algo malo. Escucha cariño, escucha esto: Dios no te tratará mal. Ven a él. Su amor te sujetará, te bendecirá con ternura.
“Toda cabeza está enferma y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite” Isaías 1:5,6
 “Ciertamente él…sufrió nuestros dolores” Isaías 53:4

                       Pto. Cabello, 03/04/11.
                                                                       1:00pm       
Quiero verte, hace días ya que no siento tus bracitos alrededor de mi cuello y tu olor a mantequilla. Me hace falta tu compañía en los cultos y tus preguntas acerca de Dios. De pronto, extraño esos días en que viéndome de lejos, cuando arribaba a la esquina de mi casa, gritabas mi nombre emocionado…y sólo se que oro por ti, amiguito, para que seas un hombre de Dios. Te entiendo, no quieres a tu madre. Ella te abandonó desde chico y ni siquiera viene a tus cumpleaños. Creces sediento de amor y con un vacío que no es tu culpa; pero eres pecador. Naciste así y ya lo sabes, porque entendiste que te portas mal, porque tienes un corazón negro. Debes creer. El Señor Jesús espera por ti para tratarte mejor.

“Dijo Jehová: ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.” Isaías 49:15
“Porque a mis ojos fuiste de grande estima…y yo te amé”
“No temas, porque yo estoy contigo” Isaías 43:4,5
“No te dejaré, ni te desampararé” Josué 1:5

Historias verdaderas. Niños inocentes. Niños pecadores. Ellos no tienen la culpa de sus lágrimas ni de las heridas de su alma,  pero así es el pecado. Rompe la inocencia, la maravillosa ingenuidad de un corazón que apenas empieza a vivir. A veces los padres tienen la culpa…a veces, es uno mismo que se desvía. Pero, las lágrimas, las heridas, las tristezas, las decepciones, los fracasos, la culpa, los dolores…acompañan nuestras almas de una manera tal, que tenemos que clamar como el salmista: “Señor, sana mi alma…hazme oir gozo y alegría”
¿Sabes?  Hay UNO…SANTO…INOCENTE…que POR AMOR fue capaz de dejar que su propio cuerpo y alma fueran afectados por el pecado, con el propósito bendito de darnos PAZ. La Biblia dice incluso, que “en toda angustia de ellos él fue angustiado”. ¿Lo comprendes?
Mas ÉL herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él y por su llaga fuimos nosotros curados.  Isaías 53:5
Te invitamos venir al Señor. ¿Acaso no tienes una triste historia también que contar? Él dice: “VENID A MÍ…y yo os haré descansar”